El sistema de suspensión de un vehículo es una parte vital para el correcto comportamiento dinámico del mismo. La suspensión se encarga de controlar las inercias y absorber las irregularidades del terreno, para así responder con la mayor precisión posible las indicaciones del conductor. La suspensión sustenta la carrocería sobre las ruedas, uniéndolas con el chasis.
Para obtener un sistema de suspensión, se requieren exhaustivos trabajos de ingeniería que incluyen precisos cálculos y pruebas, como la distribución del peso entre ejes, altura, compresión, o geometría, siendo el trabajo tan dispendioso como el de diseñar la carrocería o el motor.
El sistema de suspensión hace parte de la seguridad activa del vehículo, cumpliendo una loable función de seguridad, que garantiza la buena estabilidad en las curvas y un máximo confort de marcha y maniobrabilidad.
Un mal rendimiento del sistema de suspensión aumenta de forma exponencial el riesgo de conducción. Las distancias de frenada se pueden alargar hasta en un 60% y los sistemas de seguridad activa como el ESP o el ABS funcionan de forma errática.
Cuanto más pesado sea el vehículo, más importancia toma el sistema de suspensión en términos de seguridad y funcionamiento debido a que la fuerza ejercida se incrementa exponencialmente por el peso y la aceleración. Por ello, es necesario diseñar un sistema de suspensión lo suficientemente robusto como para soportar cargas mucho mayores a la masa del vehículo.
Algunos vehículos pesados son aquellos destinados a extinción de incendios, o vehículos de defensa militar.

Fotos de Rosenbauer
En FAYMM, hemos desarrollado un sistema de suspensión hidroneumático para vehículos pesados que es capaz de soportar cargas de 20 toneladas en un sólo brazo de suspensión, sin comprometer en absoluto su geometría o estructura. Esta suspensión podría soportar hasta 48 toneladas en una configuración de vehículos 8×8.
¿En qué consiste la suspensión hidroneumática?
El sistema de suspensión hidroneumático utiliza una bomba movida por correa o levas conectada desde el motor que presuriza un fluido hidráulico especial, que a su vez impulsa los frenos, la dirección y la suspensión. El sistema de suspensión tiene la particularidad de que permite ajustar la altura de conducción para obtener un mayor recorrido en terrenos desiguales.
Este sistema fue inventado por Citroën en la década de 1950, otorgando a sus vehículos una gran ventaja en conducción y aerodinámica. Finalmente fue abandonado debido a que únicamente los talleres especializados estaban cualificados para trabajar sobre estos automóviles.
